Después de muchos años
sentados en la gran mesa
en aquel castillo carcomido por el paso del tiempo
bebiendo tu y yo, una copa de vino,
olvidado en un viejo tonel de cedro
de aquel paraje lleno de misterio.
Rezaba así la historia...
Brindamos como nunca...por aquellos momentos
que en otra vida fueron motivos de celebrar,
recuerdo...alguien tocaba el gran piano
el vals que bailamos cuando nos comprometimos,
nos miramos como nunca, por fin entendimos
que nos envolvía un halo de misterio.
La luna llena prendida en el cielo,
reflejando la sombra del gran árbol
que adornaba con altivez nuestro hogar místico.
En el silencio de la noche
se escucha el cántico de un búho melancólico .
¡Oh inquietud vespertina!
estoy aquí en esta noche con mi amado,
estoy aqui en esta cita de reencuentro,
visión quimérica, dulce aparición celestial,
!Bendito regalo que me ha dado la muerte¡
de tenerte nuevamente como figura fantasmal,
amado mio, juré amarte después de la vida
y hoy.... después de la muerte
vuelvo a jurar ante ti, que te amare por siempre.
Hoy, un 10 de noviembre no se que año,
vuelvo a tí amado mio
a este castillo encantado,
lugar de encuentro de nuestras almas gemelas
que después de tanto tiempo
de haber partido de este paraíso terrenal,
estamos frente a frente, brindando una y mil veces
bebiendo el vino del viejo tonel de cedro.
Me pregunto una y mil veces en la fúlgida noche descendiente;
¿ será luz, será energía, mi amado vestido de blancura?
que en paz sus liminares prende,
dilatando mi ansiedad con su mutismo,
!no..¡ es solo una falacia de todo lo que compone mi energía
cuando la materia se ha transformado
y mi espíritu inocuo ha idealizado
mis sentimientos del pasado.
Ahora nuevamente vuelvo a brindar
por ese nuevo estilo de vida,
o quizá un nuevo estilo de muerte,
solos, tu y yo,
en aquel paraje nos vestimos de misterio
para habitar el viejo castillo
como amantes fantasmales.
